Parece que nos ha entrado cierto enganche con el tema del Bikepacking. Para muestra, la ruta que hemos hecho este fin de semana dónde hemos tenido un poco de todo. Ya desde que empezamos a preparar Montañas Vacías, con aquel primer finde en Las Navas, tanto Sergio como yo vimos que esta forma de viajar nos cuadraba. MV fue la confirmación y ahora ya empezamos a sentar las bases para poder disfrutar de muchas aventuras con esta forma de viajar.
En esta ruta use como base una ruta que vi en la web de Pedalia, donde ofrecen multitud de rutas de bikepacking para pocos días. La persona que la publico la hizo en tres días y yo lo que hice fue adaptarla a dos (una noche). Aunque como voy a contar ahora, nuestra ruta difiere en la original, lo cual me gusta más porque es Nuestra Ruta de Bikepacking por los Pueblos Negros. A nivel climatología se esperaban lluvias para todo el fin de semana, hecho que marco principalmente el segundo día, pero que nos respeto en el primero. Que no lloviera el primer día fue una suerte porque pudimos ir mucho más tranquilos y sobre todo disfrutar como hacia tiempo.
Empezamos el día no muy pronto desde Tamajón, montados ya en las bicis sobre las 12:30. Nos lo hemos tomado con calma para poder descansar un poco más ya que el día no era muy exigente, pocos kilómetros así como poco desnivel. Es decir, contábamos con tiempo de sobra para disfrutar del camino, de la bota de vino que llevó Sergio y llegar con tiempo de sobra al refugio. Por el camino, que hicimos principalmente por carretera en la primera parte, nos salimos del trazado original para hacerlo más cómodos, ahorrar esfuerzos y tiempo. Así cruzamos un par de pueblos hasta que llegamos a Campillos Rana. Estos pueblos son preciosos y Campillos es el más turístico de todos. Paramos en el único bar del pueblo con la intención de tomarnos una cerveza y comprar un bocadillo, cuál fue nuestra sorpresa, cuando el dueño del bar con absoluto desprecio casi no quiso ni atendernos. Con muy malos modos y en nuestra propia cara, ordeno a la persona que nos estaba atendiendo que no nos pusiera el aperitivo que ya tenia en las manos, pero que sí nos dio según se marchó este señor. Seguimos la ruta ya por caminos, atravesamos Robleluengo que estaba absolutamente desierto y llegamos a Majaelrayo. Aquí fuimos a otro bar, donde tampoco pudimos comprar el bocadillo (el señor no tenia ni pan), pero sí nos tomamos unas cervezas con unas cortezas. Este fue el mejor momento del día, charlamos un buen rato, bebimos unas cuantas cervezas y disfrutamos mucho. No había prisa, el trabajo estaba casi hecho y estábamos completamente libres de preocupaciones en ese momento. Nos saltamos un buclé de la ruta y volvemos a rodar de camino al refugio por una carretera de subida, totalmente desierta, solo nos adelanto un coche. Fuimos hablando tranquilamente, pasándolo muy, muy bien y disfrutando del entorno en el que nos encontrábamos.
Empezamos el día no muy pronto desde Tamajón, montados ya en las bicis sobre las 12:30. Nos lo hemos tomado con calma para poder descansar un poco más ya que el día no era muy exigente, pocos kilómetros así como poco desnivel. Es decir, contábamos con tiempo de sobra para disfrutar del camino, de la bota de vino que llevó Sergio y llegar con tiempo de sobra al refugio.
Llegando al refugio vemos que el coche que nos había adelantado esta aparcado en el refugio, empezamos a montarnos películas, dando por echo que en cualquier caso estaríamos solos en el refugio y ese coche estaría de paso. Pero según llegamos vemos que no va a ser así, hay un chico con un perro y mucho despliegue en el refugio. Obviamente tuvimos que cambiar de planes y nuestras expectativas respecto a cómo sería la estancia en el refugio. Por suerte el chico (Pedro) era majo y el perro muy bueno, no dio nada de guerra. Este chico por lo que nos contó pasa en el refugio todos los fines de semana que puede. Desde luego sabía lo que se hacía con la chimenea, aunque la falta de tiro hacía que el refugio se llenara de humo constantemente. Entre el humo de la chimenea y sus cigarros aliñados pillamos un buen colocón. Pasamos toda la tarde-noche hablando de diferentes temas hasta que ya el cansancio se apoderaba de nosotros y decidimos que era la hora de cenar y acostarse, eran cerca de las 12 de la noche. Después de cenar preparamos las cosas y nos fuimos a dormir. La noche en mi caso la pase regular, Pedro roncaba, se pincho mi aislante y dormí a ratos. Si en casa ya duermo regular, aquí ni te digo.
Por la mañana nos preparamos rápido para empezar el día, un poco de café, alguna barrita o cereales, recoger el tinglado, nos despedimos de Pedro y nos subimos a las bicis ya con algo de lluvia. Empezamos subiendo un poco y bajamos otro pequeño valle que guardan unas formaciones rocosas peculiares. Esa parte la hacemos por carretera, pero luego nos desviamos por una pista de subida, ahora ya con bastante lluvia. El terrero muy mojado esta bastante blando y en ocasiones cuesta mover la bici. Cuando coronamos nos toca rodar por el lado contrario de la montaña, mucho más expuesto, donde nos zurra bien el aire y la lluvia. En esta parte estamos bastante desorientados. El GPS nos indica sin problema por dónde ir, pero buscamos las pocas referencias que conocemos de la zona y no las conseguimos ubicar correctamente. Esta situación me causa un poco de agobio, es las pocas veces en las que mi geoposiciomamiento interno esta perdido y no me mola nada. Para complicar un poco más situación sufro un pinchazo, que nos retrasa un poco. Terminamos por llegar a una carretera que nos acerca a Colmenar de la Sierra (aquí estaba totalmente desorientado) y después de estar un rato ubicándonos, logramos ver las cosas claras, ubicarnos y ser perfectamente conscientes de dónde estábamos.
Después de cenar preparamos las cosas y nos fuimos a dormir. La noche en mi caso la pase regular, Pedro roncaba, se pincho mi aislante y dormí a ratos. Si en casa ya duermo regular, aquí ni te digo.
En total los dos días han sido 105km y 2350m de desnivel.
